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Opinió | El templo maldito

Después de tantos años de gestión y de retrasos en el avance de la construcción de la pasarela del Cervol, la prisa que de súbito les ha entrado a los miembros del anterior equipo de gobierno de izquierdas para abrir la pasarela del Cervol me tenía boquiabierto.

En nuestras reuniones en la ejecutiva, desde que el nuevo tripartito está al frente de la gestión municipal, no hemos dejado de preguntarles a nuestras dos electas sobre la situación de la pasarela.

La consigna siempre fue la de no dar explicaciones, que entonces no podían ser más que conjeturas, ya que primero era necesario averiguar todo lo acontecido desde el inicio de este proyecto, debiendo guardar de mientras la debida reserva para evitar posibles problemas.

Durante estos seis meses el PVI no hemos dicho ni mu, fundamentalmente para no poner en riesgo la consecución de los fondos EDUSI de casi un millón de euros y por la preocupación que suponía la posibilidad de que estos fondos pudieran llegar a perderse; por lo tanto, la prudencia en este asunto era y sigue siendo obligación.

El anterior equipo de gobierno, de manera muy inconsciente, durante las últimas semanas se ha dedicado a airear y a exigirnos la inmediata apertura al público de la pasarela, cuando ello no es posible porque, tras la recepción de la obra, justo se acaba de pedir a Costas que procedan a hacer lo necesario para otorgar su permiso ¿Cómo vamos a abrir una pasarela para cuyo inicio de la obra hubo que esperar tanto tiempo al permiso de Costas? Quizás el anterior equipo de gobierno, aún no se han enterado de que la pasarela está construida en un espacio marítimo que no nos pertenece, por lo que el obtener su conformidad con lo allí realizado antes de su apertura al público es una obligación ineludible.

Tras la rueda de prensa del PSOE el equipo de gobierno municipal se vio en la obligación de salir públicamente a dar las explicaciones del porqué no se abría la pasarela al público; y lo que allí se dijo nos deja sumamente preocupados, luego de escuchar que, a falta de tan solo veinte mil euros por pagar – lo que supone que el Ayuntamiento prácticamente ya ha pagado la pasarela – los subcontratistas no han percibido el importe de los trabajos y suministros que han realizado, situación que en su rueda de prensa parece que les importe muy poco al señor Alsina y al resto de sus acompañantes.

Si el anterior equipo de gobierno ha cometido la temeridad de pagar en el momento en que aún no correspondía hacerlo, porque la pasarela no estaba ejecutada, ello puede que traiga consecuencias legales a quienes entonces decidieron cometer, como poco, esta torpeza; allá ellos, porque lo que a nosotros más nos preocupa es el salvar los muebles, es decir: la subvención europea que podría estar en peligro de perderse. Airear el asunto como lo están haciendo los del anterior gobierno es poner en riesgo de pérdida la subvención europea, lo cual y al parecer, tampoco les preocupa demasiado.

En el “templo maldito” Indiana Jones, al final de la película, cuando se rompe la pasarela del puente colgante, el protagonista se salva porque de cualquier forma se puede agarrar a las tablas, pero a los malos de la película, a estos se los comen los cocodrilos porque fueron a parar al río.

  Juan A Blanchadell